Soba para vivir más |
La noche en la que entra el año nuevo es muy importante para la cultura japonesa. Incluso se dice que es la festividad más importante de todo el año y para la que se realizan gran cantidad de preparativos. No olvides que una vez termina la Navidad (día 25), toda la decoración navideña desaparece para dejar paso a la decoración de año nuevo (お正月). Esa misma noche es requisito indispensable cenar soba, cuánto más larga mejor, ya que se piensa que, con ello, la buena suerte para el nuevo año y la esperanza de vida aumentan. Como ves, en Japón se llega a ser muy supersticioso. Si crees que vas tarde, no es así, puesto que hasta el 15 de enero se da por válido aumentar tu suerte a base de soba ;)
Hay quien tras la cena continúa la fiesta, o bien se acomoda en el mejor lugar para seguir con la celebración de año nuevo. Se trata de ver el amanecer (si has ido de fiesta puede que veas borroso), la primera salida del Sol del año. Puede sonar bastante perezoso, pero es posible encontrar numerosos grupos de japoneses en colinas o incluso playas para disfrutar de tal acontecimiento... si el clima lo permite.
Continuando con la comida, al empezar el año todo debe ser especial, por lo que la primera comida del año no es para menos. Se trata de la Osechi Ryouri (御節料理), un manjar formado por pescados, carnes, verduras y marisco de lo más variado. Algo que no difiere mucho de lo que comemos en nuestros respectivos países, pero que sí tiene algo muy peculiar, y es su formato cuadrado.
Osechi que comimos en casa |
El mochi asesino |
Si prefieres salir a la calle a rebajar el Osechi Ryouri, puedes dirigirte a cualquier templo o santuario cercano para realizar las peticiones de año nuevo. Sin darte cuenta, estarás participando en otra fiesta tradicional, el Hatsumode. El problema, decenas de miles de personas habrán tenido la misma idea que tu.
Ejemplo de paciencia japonesa
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Las fotos han sido tomadas en el templo budista Narita san (成田山), el cual es el segundo o tercer templo que más gente recibe en todo el área de Kanto.
Este año ha sido la primera vez que he asistido a un Hatsumode, pese a que ya tuve una oportunidad hace algunos años, pero hubo algo que me echo para atrás. ¿Quizá sea esto?
Inicio de la cola, a un kilómetro y medio del templo |
Pero realmente merece la pena |
Una vez terminada la colosal tarea de pedir en el Hatsumode, uno puede disfrutar del ambiente que se genera en torno a los templos, como si un festival de verano se tratara. Todo se llena de coloridos puestos de comida de dudosa calidad y de atracciones variopintas. Si no fuera por los chaquetones, ¿Quién diría que no es un matsuri?
Okonomiyaki, pollo frito, yakisoba y mucha más gastronomía japonesa |
Además, para eliminar los malos residuos del pasado año, está bien visto saldar todas las deudas antes de fin de año. Echando cuentas... ¡solo tengo que pagar facturas!
Y hablando de pagar, en Japón no existe el día de Reyes (el 6 de enero ya nadie se acuerda de las vacaciones), pero los más jóvenes reciben el otoshidama el día de año nuevo. Es un regalo, dinero, más bien, recibido por la familia y que viene muy bien para los más peques (y para mi).
Ya que Japón es un país donde regalar está a la orden del día, en año nuevo se aprovecha para devolver favores a alguien que nos haya ayudado durante el pasado año. Para ello, que menos que hacerle un regalo, conocido como seibo, ¿no? El problema (o no) es que las relaciones en Japón están dictadas bajo estricto protocolo, por lo que si la persona que te ayudó en su momento quiere tener una relación cercana contigo, puede que se tome el seibo como un regalo que has hecho de manera forzada, antinatural, por lo que puede sentir ofensa. Si no quieres llegar hasta este punto, lo mejor es que la hagas sentir que no es un regalo para devolver un favor o deuda. Quizá esto explique lo que a muchos nos sorprende, es decir, el por qué muchos japoneses no ayudan a otros cuando estos se ven en ciertos problemas (un resbalón o caída, por ejemplo). Al no ayudar, están evitando que la persona ayudada se vea en la necesidad de devolver el favor. ¡A saber!
Y recuerda que durante estas fechas casi que no existe el trabajo en Japón, aunque algunos hayamos terminado el nuestro a las 2:30 de la madrugada. ¡FELIZ AÑO NUEVO!
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