Helados de 8 pisos por 390 yenes en Tokyo

Notesofnomads.com

Hace poco que el verano terminó, pero todavía el tiempo nos regala algún que otro día caluroso y soleado, perfecto para acudir a la heladería Daily Chico, ubicada en Nakano Broadway, en el barrio de Nakano (Tokyo).

Japón nos tiene acostumbrados a comidas/postres/chucherías de sabores que jamás pensaríamos que se llegarían a comercializar, pero a lo que no nos tiene acostumbrados es a proporcionárnoslas en grandes cantidades.
Es el caso de la crema de helado que vende la heladería Daily Chico, que si bien no es una famosa heladería que destaque por sus extraños sabores o calidad, se ha hecho un hueco en el mercado tokiota gracias a su Tokudai Softcream, un helado de ni más ni menos que ocho pisos. Por supuesto, cada piso es un sabor diferente, todos de los que la heladería dispone. Estos son: Vainilla, chocolate, fresa, moca, uva, caramelo, maccha y ramune. ¿Lo mejor? No, no es el sabor, si no su precio. Tan solo 390 yen, unos 2,80 euros. No está nada mal, aunque como digo, rico está, pero no es un Il gelato de San Crispino. De hecho, ni si quiera es helado, si no crema, pero por ese precio y sobre todo, ese tamaño, no es para ponerse exigente.
El tamaño llama la atención, está claro, pero también tiene su lado negativo, y es que si la torre de sabores termina viniéndose abajo no te darán uno nuevo. En parte es lógico, pero debido a la dificultad que entraña mantener el equilibrio mientras te lo comes, que menos que asegurarte una segunda oportunidad jejeje.
Veamos como queda en mano.

Es imposible evitar quedarte mirando a la gente que ha comprado uno, al igual que es imposible fotografiarlo, pero cuidado, si no te ayudan a hacerlo es muy probable que dejes el suelo de colorines.

Si vas a Tokyo y tienes planeado de ir a Nakano Broadway (recuerdo que este centro de ocio es uno de los más importantes de Japón en cuanto a manga, anime y figuras) no dudes en probarlo, ¿Te atreverías? Por ese precio, ¡vale la pena hacer la gracia!

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Sobre Unknown

Cuando llegué a Japón entendí que estábamos hechos el uno para el otro. Decidí compartir en un blog todo lo que veía y aprendía de Japón. Ahora estoy en busca y captura por soplón.